El
portfolio puede considerarse como una colección de evidencias de diferentes procesos de
aprendizaje: formación, experiencia laboral, vivencias e intereses
personales. Este
conjunto de procesos de aprendizaje nos aportan determinadas
competencias simplemente por el hecho de haberlos vivido.
Al
mismo tiempo, el portfolio, es un documento compuesto por otros
documentos (escritos, imágenes, vídeos, etc. que pueden tener
formato digital o no) con los que se demuestra nuestra experiencia
profesional y personal.
El
portfolio puede recoger experiencias individuales o colectivas y se
enriquece a medida que pasa el tiempo, puesto que implica ir
recopilando este tipo de documentos a lo largo del tiempo.
En
definitiva, un portfolio es un instrumento que tiene como objetivo la
selección de muestras de trabajo o evidencias de consecución de
objetivos personales o profesionales que, ordenados y presentados de
un determinado modo, cumplen la función de potenciar la reflexión
sobre cada una de las prácticas (educativas, profesionales o
civiles).
Un
eportfolio o portfolio electrónico es un portfolio elaborado a
partir de herramientas tecnológicas y que normalmente también es
digital, es decir, que los documentos que lo componen pueden ser
consultados a través del ordenador.
Hay
que saber que la elaboración de un eportfolio es un proceso que
lleva su tiempo, por lo que es muy importante que la persona que vaya
a realizarlo tenga clara su utilidad en dos aspectos:
- La utilidad que va a tener para uno mismo: realizar un eportfolio implica realizar un ejercicio de reflexión sobre las diferentes experiencias que queremos reflejar en el mismo, al mismo tiempo que deducimos qué competencias hemos obtenido de cada una de ellas. Es decir, que cada una de las “evidencias” que incluyamos en el eportfolio implican un proceso de justificación y de reflexión por parte de la persona que elabora el eportfolio. De este modo, seremos conscientes de qué hemos aprendido y de cómo enfocarlo, de nuestras capacidades.
- El primer aspecto nos lleva al segundo: la utilidad que va a tener de cara al exterior. Tenemos que darle una coherencia o un sentido, un objetivo, a nuestro eportfolio. Es decir, que al final el conjunto tiene que presentar un perfil con un objetivo. Este objetivo puede ser para encontrar un puesto laboral en concreto o simplemente como una carta de presentación.
Existen
muchas posibilidades para llevar a cabo la creación del eportfolio.
Existen numerosas herramientas para realizarlo y, además, la mayoría
de las veces no utilizamos una única herramienta, sino que
combinamos varias. En este caso, puesto que hablamos de eportfolio o
portfolio electrónico, abordaremos las herramientas tecnológicas
que pueden sernos útiles al respecto.
Un enlace interesante es el siguiente
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