jueves, 5 de noviembre de 2015

El eportfolio o portfolio electrónico como herramienta útil en la educación


El portfolio puede considerarse como una colección de evidencias de diferentes procesos de aprendizaje: formación, experiencia laboral, vivencias e intereses personales. Este conjunto de procesos de aprendizaje nos aportan determinadas competencias simplemente por el hecho de haberlos vivido.
Al mismo tiempo, el portfolio, es un documento compuesto por otros documentos (escritos, imágenes, vídeos, etc. que pueden tener formato digital o no) con los que se demuestra nuestra experiencia profesional y personal.
El portfolio puede recoger experiencias individuales o colectivas y se enriquece a medida que pasa el tiempo, puesto que implica ir recopilando este tipo de documentos a lo largo del tiempo.
En definitiva, un portfolio es un instrumento que tiene como objetivo la selección de muestras de trabajo o evidencias de consecución de objetivos personales o profesionales que, ordenados y presentados de un determinado modo, cumplen la función de potenciar la reflexión sobre cada una de las prácticas (educativas, profesionales o civiles).
Un eportfolio o portfolio electrónico es un portfolio elaborado a partir de herramientas tecnológicas y que normalmente también es digital, es decir, que los documentos que lo componen pueden ser consultados a través del ordenador.
Hay que saber que la elaboración de un eportfolio es un proceso que lleva su tiempo, por lo que es muy importante que la persona que vaya a realizarlo tenga clara su utilidad en dos aspectos:
  • La utilidad que va a tener para uno mismo: realizar un eportfolio implica realizar un ejercicio de reflexión sobre las diferentes experiencias que queremos reflejar en el mismo, al mismo tiempo que deducimos qué competencias hemos obtenido de cada una de ellas. Es decir, que cada una de las “evidencias” que incluyamos en el eportfolio implican un proceso de justificación y de reflexión por parte de la persona que elabora el eportfolio. De este modo, seremos conscientes de qué hemos aprendido y de cómo enfocarlo, de nuestras capacidades.
  • El primer aspecto nos lleva al segundo: la utilidad que va a tener de cara al exterior. Tenemos que darle una coherencia o un sentido, un objetivo, a nuestro eportfolio. Es decir, que al final el conjunto tiene que presentar un perfil con un objetivo. Este objetivo puede ser para encontrar un puesto laboral en concreto o simplemente como una carta de presentación.
Existen muchas posibilidades para llevar a cabo la creación del eportfolio. Existen numerosas herramientas para realizarlo y, además, la mayoría de las veces no utilizamos una única herramienta, sino que combinamos varias. En este caso, puesto que hablamos de eportfolio o portfolio electrónico, abordaremos las herramientas tecnológicas que pueden sernos útiles al respecto.
Un enlace interesante es el siguiente


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